Seguro que ahora mismo me estáis leyendo (tu o tu. Que solo sois dos) con el reloj de la moñeca ya prendido guapamente a la hora romance estupenda que se checará en lo del cambio del solsticio o nosqué cojones que sale por la tele. Eso es porque tos los años hay que cambiar la hora. Dos veces. Una palante. Otra patrás. Que no faltará la típica discusión de «PERO SADELANTA OSATRASA«, «POS SI ALUEGO SACE MAS DE DIA QUE ANTES PERO LUEGO NO» «A TI QUE POLLAS TE IMPORTARÁ SI ERES UN CABALLO» y así. Lo típico.
CHECAR ES MIEN 